domingo, 30 de octubre de 2011

IV subida al pico del Remedio

Esta mañana hemos madrugado mi amigo Alfredo y yo para ir a Chelva a correr la subida al pico del Remedio. Una carrera de montaña de 22 km con unos desniveles considerables, especialmente la última subida al pico desde la ermita.
A las 7 de la mañana ya estoy esperando a Alfredo para hacer el viaje de aproximación. Como siempre es muy puntual pero me da tiempo a hacer alguna foto del despertar del día.
Llegamos al pueblo de Chelva sobre las 8 y media, recogemos el dorsal y nos preparamos para la salida. Ya desde el principio la carrera se pone cuesta arriba. Damos una pequeña vuelta por el pueblo, que resulta muy interesante pues nos muestra la imagen de un lugar muy acogedor.
 Salimos del pueblo y cada vez el desnivel es mayor. Llego a la ermita casi sin parar de correr en unos 35’ pero a partir de ahí son palabras mayores y  no puedo hacer nada más que resignarme y comenzar a caminar y, a veces, a paso muy lento porque el desnivel es brutal. Lo bueno que tiene es que la distancia es corta y en 15’ lo tenemos ventilado pero con mucho esfuerzo. 
Arriba nos espera el primer avituallamiento y hay gominolas. Con lo que a mí me gustan, os puedo decir que no probé ninguna cosa más en todos los avituallamientos. Que, todo hay que decirlo, eran muchos y bien situados y aprovisionados.
Desde la subida hay una bajada bastante larga que permite correr porque no es excesivamente técnica, así que aumento el ritmo y hay veces que voy por debajo de los 4’ el km.
Tras la primera subida quedan dos más pero no son tan pesadas como la primera y en muchos tramos voy corriendo, a un ritmo patatero, pero voy corriendo. Adelanto a varios corredores. En el km 13 adelanto a uno que, por la pinta, pienso que es un rival directo en la categoría de master, como así lo confirmo en meta. En la tercera subida fuerte llevo los gemelos totalmente descontrolados y con ganas de salirse de su sitio y tengo que moderar mucho la marcha especialmente en los llanos y en las subidas suaves. pero pasa el mal momento y continuo adelantando corredores. En el avituallamiento del km 14 adelanto a 4 o 5 pero poco despues alguno de ellos vuelve a adelantarme. Yo no me preocupo porque hace muchas carreras que procuro correr con cabeza y hacer mi carrera, así que sigo a lo mio y a mi ritmo. Sólo cuando llego a la primera calle del pueblo,y viendo que es todo hacia abajo, aumento el ritmo y decido que ya he de darlo todo lo que me queda que es muy poco. con esta alegría de acabar la carrera y haberme sentido bastante cómodo llego a meta parando el cronómetro en 2 h 27' 07''. Recogo el bocata y una coca-cola y me voy hacia el coche para recoger la bolsa y ducharme. Pero antes no me resisto a hacer una foto del paisaje después de la batalla, con la imponente iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de estilo manierista y barroco.
 Después de una reconfortante, relajante y creo que merecida ducha en las instalaciones de la escuela, con unas duchas a la altura de sus usuarios, vuelvo a la plaza, miro la clasificación y sorpresa: soy el 2º clasificado de mi categoría lo cual quiere decir que vuelvo a saborear las mieles del triunfo y me pondrán la corona de laurel y tal y cual. En fin, recojo el premio que, de verdad, me hace mucha ilusión aunque los que me conocen saben muy bien que no corro por eso sino sólo por el placer de correr. Y hasta aquí la crónica de hoy.
Lista de clasificados.
Ruta.

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