domingo, 26 de septiembre de 2021

100 millas por donde camina el oso.

 

Recién acabado de jubilarme, finalmente puedo concurrir a carreras que se disputan fuera de las vacaciones escolares. Este año, por segundo consecutivo, nos anularon la Pica Pica y viendo que me jubilaba y podía hacer alguna carrera en septiembre, me apunté a las 100 millas por donde camina el oso en Cangas de Narcea, Asturias.

Perfil de la carrera

Paso el mes de Julio y agosto corriendo concienzudamente e introduciendo algo de entrene de fuerza para las piernas y llega el día 17 de septiembre, inicio de la carrera. Me desplazo a Cangas de Narcea desde León con el mejor equipo de animación posible: mi querida mujer Empar y mi encantadora hermana Espe. Con tanta presión familiar no puedo fallar en la carrera. Eso  supone acabarla dentro del tiempo que nos dan: 48 horas. En mis cálculos, basados en mi experiencia en otras ultras, creo que puedo acabarla entre 42 y 46 horas.

El  día sale espléndido pero solo hasta que van a dar la salida. 

Antes de la salida

Media hora antes de empezar a correr, la lluvia hace acto de presencia y no nos abandona en varias horas. Orbayu la llaman. No molesta e incluso se agradece para no padecer calor.


Empieza a llover

Los pocos momentos que la lluvia y la niebla nos dan un respiro nos dejan ver unos paisajes absolutamente magistrales. Montañas vestidas de elegantes prados y valles profundos. Una pena que nos acompañe la niebla. Llegando al segundo avituallamiento, en el quilómetro 30 y de nombre pozo de las mujeres muertas, cambio la niebla por la obscuridad de la noche. La luna está creciente pero no ilumina lo suficiente como para apagar el frontal.

Poco antes de llegar a Ibias (Kilómetro 60) paso cerca de una concentración de jóvenes festivos que me invitan a que me lo piense mejor  y me quede con ellos dándole al drinking. Me resulta tentadora la oferta pero voy muy bien de ritmo, de resistencia y de moral. Se están cumpliendo mis mejores perspectivas.

Pasa la noche y llega el día y sigo corriendo cuesta abajo y en algunos falsos llanos. Pletórico me encuentro y no tengo ninguna molestia muscular y sin tomar ibuprofenos ni nada.

Me acerco a Degaña (kilómetro 109). 

Llegando a Degaña

Allí me están esperando mis dos chearleaders y me fundo con ellas en un efusivo y agradecido abrazo.

Encuentro con Empar

Dicen que me ven muy bien, así que avituallo y continúo hasta Cerredo, donde está la segunda bolsa de vida. Allí vuelvo a reencontrarme con mis chicas. Como un poco más pero no mucho y a por el siguiente pico: La Mina. Camino que se me hace largo y pesado. Tan largo que me entretengo comiendo moras que encuentro por los bordes del camino. Están buenísimas. La última parte de esta subida es por la mina a cielo abierto: una barbaridad que impresiona.

El siguiente avituallamiento está en Leitariegos. Quedan 10 km, parecen pocos pero antes tengo que subir la cuesta, para mí, más difícil de todo el recorrido. Es una senda acabada de desbrozar y con todas las ramas dejadas en la senda, con mucha piedra y muy pindia. Se me hace muy larga. Pero, como todas, acaba cayendo y bajo a Leitariegos donde me abrigo porque la temperatura ha bajado. Dicen que desde aquí a Cangas todo es bajada. Me lo creo y comienzo a correr casi hasta la Chabola (km 145). Ya solo quedan unos 30 km y me encuentro magníficamente bien: suelto de piernas y sin atisbos de sueño.

Me quedan dos subidas y dos bajadas. La tengo en el bote. Voy, creo, a inaugurar mi etapa de jubilado con un carrerón.

En el avituallamiento de Carballo (km 158)  l@s amables y solícit@s voluntari@s me recuerdan lo que ya sabía: tengo 8km de subida y 8 de bajada hasta llegar a meta. De los de subida, los 4 primeros son los peores y después son más tendidos lo que me permite correr muy suavemente y acariciar la posibilidad de poder bajar de 40 horas.

En El Acebo le doy un susto al voluntario que estaba dormido y arrebujado en la manta. Me pasa el lector del control de dorsal y no me paro a tomar nada. Solo pienso en bajar de las 40 horas. Es la última bajada y me enfrento a ella con ganas. Pero al kilómetro de empezar el descenso me entra un sueño infernal. Cachis, con lo bien que iba hasta ahora y con lo poco que me queda.

Como siempre me pasa en estos casos el cerebro empieza a jugarme malas pasadas. Tengo que bajar el ritmo porque no coordino bien los movimientos. Pienso que mi mujer Empar va corriendo a mi lado y le digo que ella no tiene porqué correr tanto, que el que tiene que llegar a meta soy yo. Un desastre total. Me doy bofetadas (no muy fuertes) pero no sirven de nada. Miro el GPS pensando que desde la última vez habré recorrido 3 km y se me cae el alma al suelo: solo he andado 500 m. Desesperado y sin saber que hacer para aumentar el ritmo recuerdo que tengo el reproductor con mi mejor selección de canciones. Me quito la mochila, lo saco, busco AC/DC, lo pongo a bastante volumen y me resucitan. Consigo llegar a Cangas corriendo y con la esperanza de conseguir las 40 horas pero, al final, no puede ser y sobrepaso la barrera por 4’. Feliz es poco para indicar lo que siento. Es la mejor ultra que he hecho en mi vida y con diferencia la que mejor he acabado físicamente.

Finalmente esta es mi clasificación:

24

10

Antonio ARIAS CONEJO

Club montaña Peña Himalaya

MA60M

2

40:04:45

12:31:22

ESP (España)

Segundo de mi categoría (mayor de 60), pero entrando primero que cualquiera de los de la categoría anterior (mayores de 55). 24 de la general. Salimos 50 de los 70 que se habían inscrito.

La carrera es una gozada por la absoluta belleza de los paisajes, por la dedicación y el esmero de todo el voluntariado. La bolsa del corredor es muy completa. Solo tengo que poner una pega y es que no había fotógrafo a mi llegada a meta y, como me adelante 2 horas a las mejores previsiones que tenía, tampoco estaban mis chicas para inmortalizar el momento. Un poco triste me resultó. Pero si que había una cámara grabando la entrada.

A pesar de no tener foto de la llegada,  la carrera merece la pena por todo lo bueno que tiene esta tierra. La recomiendo absolutamente. 

Después de la reparadora ducha y con el trofeo conseguido

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