Estas dos semanas que han pasado desde el trail del Rincón me han servido, sobre todo, para restañar heridas y recuperarme francamente bien para estar a tope el día 7 de Julio ya que ese día mi inseparable amigo Alfredo y yo nos vamos a hacer el Monte Perdido extrem, sin agobios, a disfrutar de la ruta para acabar una temporada plena de carreras y de gratas sensaciones.
II Trail Benifaió
El domingo pasado, 7 días después del trail, nos habíamos apuntado al trail de Benifaió. No sabíamos cómo nos encontraríamos de recuperados pero como la carrera es a 10' de casa, pensamos que no perdíamos nada si nos apuntábamos y si nos encontrábamos bien, que fue el caso, la correríamos. El día se presenta nublado, cosa que se agradece ya que llevaba una semana inclemente que nos habría hecho padecer mucho, pero si padecimos no fue por el tiempo.
La salida se da a las 8 h. 30' y desde el principio veo que estoy mucho mejor de lo que pensaba así que decido aumentar y mantener un ritmo constante que me va haciendo adelantar a algún que otro corredor y, también, ser adelantado. Antes de subir el Besori diviso a uno de mis contrincantes directos que me adelanta como una exhalación pero en la subida del Besori le doy alcance y lo supero con bastante facilidad. Esto me hace pensar que la supercompensación del ultra trail del Rincón está haciendo acto de aparición ya que en las subidas es donde yo pierdo normalmente terreno. Sea como sea vuelve a adelantarme en la bajada que nos deja a los pies de la caseta del gas y ahí, nuevamente vuelvo a adelantarlo y hasta llegar a meta no lo vuelvo a ver. He hecho una carrera muy entretenida, corriendo muy fácil y preguntándome ¿que es lo que me tiene que pasar? esto no es normal.
En el km 16 obtengo la respuesta en forma de avisos de los gemelos que quieren revelarse y salirse de su sitio. Este percance me obliga a disminuir el ritmo y a correr pisando huevos con la planta del pie horizontal e intentando hacer trabajar muy poco la articulación del tobillo.
Con todo van cayendo los km pero de cuando en cuando miro para atrás por si diviso a José Picazo. Voy tan bien que pienso que ganaré la carrera en mi categoría pero cuando llego a meta
y veo el listado compruebo que iban dos delante así que he quedado el tercero, casi casi con el mismo tiempo que en noviembre me sirvió para quedar el primero.
Me consuela comprobar que el primero entro 68'' antes y el segundo 39''. En fin bien está así.
No nos planteábamos nada en esta carrera y hemos acabado muy bien con unas sensaciones magníficas para poder afrontar con ciertas garantías el reto del Monte Perdido extrem
No nos planteábamos nada en esta carrera y hemos acabado muy bien con unas sensaciones magníficas para poder afrontar con ciertas garantías el reto del Monte Perdido extrem
Sábado 23-6-12. El Colaita.
Hoy nos vamos al Colaita que Alfredo no lo conoce y yo tengo ganas de volver a subir y disfrutar de las inmensas vistas que se nos ofrecen desde su vértice.
Iniciamos la ruta en el área recreativa de Los tres pinos.
A los pocos km vemos que La Colaita esta lleno de niebla. El tiempo acompaña y es muy agradable aunque nos tememos que las vistas no serán tan magníficas como suelen ser.
Un poco antes de llegar al corral de Conill vemos a Alfredo en pleno esfuerzo por superar, posiblemente, el desnivel más importante de la subida al Colaita.
Una vez en el corral nos detenemos a beber y pegar una mirada al paisaje que se lo merece.
Ya casi arriba vemos La Colaita al fondo. Lo que nos queda para llegar es un paseo.
Intentando hacer alguna fita que marque mejor el camino levantamos una piedra y descubrimos a un ocupante ciertamente peligroso. Por eso siempre hacemos caso del consejo de no levantar una piedra al tuntun porque siempre puede haber un alacrán Este, ciertamente, estaba más dormido que en plena acción.
No puede faltar la foto de la cima hollada y aquí queda el documento gráfico. Una pena que la visibilidad sea escasa porque merecen la pena todas las vistas que se divisan desde este punto estratégico.
La bajada, aunque técnica, la hacemos más rápidamente por un cresterio que Alfredo nos señala en la foto de abajo.
Al final el recorrido nos ha salido con unos 18 km para los cuales hemos empleado 3 h 30' lo cual viene a decir que la hemos realizado bastante tranquilos disfrutando de la ruta.
Eso es to... eso es todo amigos.
Iniciamos la ruta en el área recreativa de Los tres pinos.
A los pocos km vemos que La Colaita esta lleno de niebla. El tiempo acompaña y es muy agradable aunque nos tememos que las vistas no serán tan magníficas como suelen ser.
Un poco antes de llegar al corral de Conill vemos a Alfredo en pleno esfuerzo por superar, posiblemente, el desnivel más importante de la subida al Colaita.
Una vez en el corral nos detenemos a beber y pegar una mirada al paisaje que se lo merece.
Ya casi arriba vemos La Colaita al fondo. Lo que nos queda para llegar es un paseo.
Intentando hacer alguna fita que marque mejor el camino levantamos una piedra y descubrimos a un ocupante ciertamente peligroso. Por eso siempre hacemos caso del consejo de no levantar una piedra al tuntun porque siempre puede haber un alacrán Este, ciertamente, estaba más dormido que en plena acción.
No puede faltar la foto de la cima hollada y aquí queda el documento gráfico. Una pena que la visibilidad sea escasa porque merecen la pena todas las vistas que se divisan desde este punto estratégico.
La bajada, aunque técnica, la hacemos más rápidamente por un cresterio que Alfredo nos señala en la foto de abajo.
Al final el recorrido nos ha salido con unos 18 km para los cuales hemos empleado 3 h 30' lo cual viene a decir que la hemos realizado bastante tranquilos disfrutando de la ruta.
Eso es to... eso es todo amigos.
Ruta.
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