jueves, 19 de enero de 2012

Entrenamiento por mi querida sierra de Aledua.

Es querida porque es la más cercana y en la que más entreno y , por consiguiente, la que más alegrías me da. Es un amor egoista pero, a la vez, verdadero.
Empiezo el recorrido sobre las 4 h 45' y se me ha olvidado coger el frontal. Esto hace que vaya cambiando el recorrido sobre la marcha para que no me pille la noche lejos del coche. He hecho casi toda la carrera por sendas y alguna totalmente inédita para mi, como  la primera subida que he realizado para ir al Ralla.
Empezando la bajada tengo una fuerte torsión en el tobillo izquierdo que me impedía apoyar el pie con seguridad. He parado un poco y caminando me he recuperado y he podido continuar aunque pisando con el izquierdo con un poco de miedo.
La montaña está expléndida luciendo un colorido atrayente, fruto de las últimas lluvias. Me encanta correr por estas sendas y más días como hoy en los que no encuentras un alma ni de casualidad.
Al fondo se divisa el faro vigía de toda la zona: el Colaita, que está al lado de Dos Aigües. Desde aquí tengo que hacer la última subida para coronar la cumbre de la serra: el Besori.
Bajando la trialera del Besori, cuando llego al barranco observo que ya me cuesta ver el suelo y pienso que cogeré la pista para ir a los toros, donde tengo el coche. Pero al salir a la pista, aún hay bastante luz por lo que sigo adelante para hacer un poco más de entrene y utilizar más senda. Cuando llego al coche está apagándose la luz y el cielo muestra esta imagen tan sugerente.
Ruta.

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