jueves, 8 de diciembre de 2011

Fonts de la Casella.

A pesar que no tengo puente, hoy es fiesta y, aunque no hay mucho que celebrar viendo el panorama europeo y el caso que hacen a las constituciones y a la soberanía popular, o por eso mismo, nos hemos ido (Alfredo y yo) de muy buena mañana a la Casella para hacer la ruta de las fuentes. 
A las 8 de la mañana empezamos a correr camino de la primera fuente: la del Garrofer. Pasamos casi a oscuras y ya había gente llenando las garrafas de agua.
Nos adentramos por el barranco que nos llevará a la fuente del Barber. Un barranco que siempre se nos olvida lo técnico que resulta y, además, con una subida sostenida pero considerable: sobre 250 m.
En la Font del Barber ya luce el sol y va desapareciendo la humedad. Corremos por una pista con buen firme, con vistas al Montduver, 
El Montdúver al fondo.
que nos llevará a los pies de la bajada a la fuente de la Granata una bajada pronunciada con tramos de trepa y con unas vistas inmensas al Mediterráneo.   

Qué gozada es descubrir el mar detrás de las montañas. Hacemos la bajada como podemos y llegamos a la fuente de la Granata que es un oasis de paz, verdor y tranquilidad.
 
Rápidamente nos encaminamos, otra vez, para arriba y si ,como he dicho, la bajada la hacemos como podemos, la subida la hacemos , igualmente, como podemos, esto es: muy suavemente y sin prisas que no son buenas.
Alfredo subiendo.
Con esto llegamos a la fuente de la Sangonera donde volvemos a llenar los bidones porque el agua está fresquita y limpia
 
y seguimos subiendo hasta el puntal de Massalari. Al fondo divisamos el Raya, que es el punto más alto de la ruta. Seguimos corriendo, bajando y subiendo para coronar el Raya.
Respiro en el Ralla y consulta con un montañero sobre las posibles vías para bajar hacia Llaurí. Nos comenta que no conoce ninguna hasta el desvío que va a la Galera. Una cosa más que sabemos y que puede ser que pongamos en práctica en otra ocasión.
Hoy ya sólo tenemos que bajar para llegar al coche. Además la senda está muy bien y nos permite correr a un ritmo bastante alegre. Hay muy buenas vistas del Raya ya lejano.
 
Desembocamos en la pista que nos conduce hasta los ciervos y el bar y toda la tranquilidad se acaba. Es sorprendente la cantidad de gente que ha tenido la idea de venir a ver a los ciervos. El bar está petao. Nosotros seguimos hasta el coche y acabamos el recorrido de unos 19 km en 4 horas. Ha sido bastante lento pero nos lo hemos pasado fenomenal.

 Ruta.


Perfil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario