El sabado por la tarde, aprovechando que tengo que llevar a la hija a una actividad extraescolar a Guadassuar, decido hacer el entrenamiento previsto, de 18 km, por la zona. Ya conozco casi todo el recorrido pero para hacer los 18 km veo en el GPS que tengo que pasar un rio, el riu verd, y pienso alegremente que no tendrá ni gota de agua. Así empieza el entrene, todo es alegría, buen ritmo y voy sobrado de tiempo, llevo el frontal por si acaso pero creo que no lo necesitaré. El campo está fantástico.
Pero la llegada al rio me supone un gran contratiempo ya que lleva agua y bastante, no es cosa de descalzarse y pasar, sería preciso desnudarse. pero ¿ cuándo me tiro atrás ante una dificultad como esta? Nunca. Me digo que por algún lado tiene que haber un puente, pasarela o vado por donde pueda pasar y me pongo a buscarlo. La verdad que es entretenido y muy bonito el recorrido que hago de más, unos 2 km, hasta que encuentro el tan ansiado puente peatonal que me permite cruzar.
Pero para recuperar la ruta tengo que seguir buscando otro paso para otro barranco que desemboca en el riu verd. En este tengo más suerte y aprovechando una canalización que salva el barranco consigo cruzar y recuperar el track. Desde aqui ya no hay más problemas hasta llegar nuevamente a Guadassuar.
El domingo por la mañana cogo la bici pero no me siento con fuerzas para la montaña y decido hacer una circular a la albufera de 51 km. La verdad que me alegro de la eleccción. Los caminos estaban poco transitados excepto en el Saler y la Devesa que parecía una procesión de semana santa por la cantidad de gente, que como yo, aprovechaba para hacer algo de deporte.
El tramo de la llegada a la Albufera estaba algo dificultoso, como podeis ver en la foto, con trozos del camino cubiertos de agua, pero bueno, más emoción para la ruta y mojarse algo no es problema porque hace muy buen tiempo.
La ruta ofrece imágenes singulares y de gran belleza como esta reunión de Garcetas.
El paso por los senderos de la Devesa es muy entretenido pero como digo hay demasiada gente para mi gusto, pero sigue siendo entretenido. Tomo la carretera del Perelló unos 2 km y rápidamente vuelvo a entrar en la Marjal, que no abandonaré hasta llegar al pueblo. Aunque no es la mejor época para visitar la Marjal, ofrece algunas imágenes cautivadoras. Que suerte vivir al lado de un parque nacional.
Hola Antonio, ya contarás como llevas los entrenes de Andorra. Cuanto más lo pienso más respeto me da esa carrera. Quizá el año próximo... Te dejé mi correo en una entrada anterior, si me envías un e-mail te contesto respecto a Cerler. Un abrazo!
ResponderEliminar