viernes, 17 de marzo de 2023

100 millas Sierras del Bandolero.

Ya estamos en el primer fin de semana de marzo y con él la ultra que tengo programada para este año: la CMSB, en otras palabras las cien millas de las Sierras del Bandolero. Carrera de 160 km y 12000 m. de desnivel acumulado. En principio, con el entrenamiento que llevo a cuestas, no parece difícil que la acabe. He calculado unas 38 horas. Ya veremos si todo cuadra porque vengo con ligeras molestias en el talón derecho y en la espalda. Esto es lo que me espera:

 

Llegamos a El Bosque el jueves día 2 para tener tiempo de descanso después del largo viaje desde Valencia. Paseamos por el pueblo, otro de los bonitos pueblos blancos de Cádiz. Ya vemos que hay puestas cintas de la carrera. 

 

El viernes, a las 16 h., nos desplazamos a Prado del Rey para tomar la salida de la carrera a las 18 h. Los ánimos están enteros.

 

 

Hay un gran ambiente en el cajón de salida y se ven corredores disfrazados de bandoleros. Adrenalina a tope y esperando la salida.

 

Los primeros km hasta el Bosque son por pista y de bajada así que el ritmo es bastante fuerte pero consigo mantenerlo en unos límites aceptables.

Llego al Bosque donde me espera Amparo y me hace esta bonita foto.


A partir de El Bosque se nos echa la 1ª noche de carrera encima pero la recibimos con un atardecer espléndido.

 

Atardecer que se repetirá la noche del sábado, pero ahí ya no tenía ganas de hacer fotos.

Subimos al Campo, el puerto del Boyar y mucho más arriba para luego bajar, quizá por la zona más técnica de la carrera, a Villaluenga. Llevamos a las espaldas un maratón y me encuentro fenomenal. Me he pegado a una chica, Bea, que quedará segunda de la categoría senior y que ha llegado a correr la carrera en 30 h. Esto es: una máquina. Bea no ha podido entrenar lo que hubiera querido y por eso  yo consigo seguirle el ritmo. Me va muy bien su compañía porque conoce la carrera, me la va radiando, me la hace amena y así no pienso en el esfuerzo. Pasaremos muchos km y horas juntos.

En Ronda, km 69, hago el primer cambio de zapatillas y de ropa. Empieza a amanecer y se puede apreciar con más detalle lo bonita que es la ciudad. Pasamos al lado de la plaza de toros y cruzamos el famoso puente. Esta parte de la carrera puede que sea la más suave. Según el perfil se ve mucho desnivel al principio y al final y en la parte intermedia una zona con menos desnivel. Hasta que un poco antes de Cortex toca volver a subir hasta Villaluenga, km 117, donde está la segunda bolsa para cambiarse y avituallarse bien ya que la subida que nos espera es tremenda. Con que alegría entro a Villaluenga.

 

A la salida de Cortex Bea me comenta que si seguimos así podemos acabar entre 33 y 34 horas. No me lo puedo creer porque eso son  4 horas menos de las que pensaba hacer. Me da muchos ánimos pero no me dejo llevar por la euforia. Aún quedan 60 km. Subimos y no queda otra que bajar hasta Grazalema, otro pueblo precioso, donde nos dan una calurosa bienvenida en la plaza. Aquí sí que puedo decir que la acabaré. Sólo queda una subida y lo demás casi es de bajada hasta Benamahoma y el Bosque. Se me hace larguísima la bajada pero llego al Bosque y estoy muy feliz: voy muy bien de tiempo. Muchísimo mejor de lo que esperaba. Me quedan 15 km y tres repechitos. Está tirado. Además voy a llegar bastante completo sin haber pasado sueño y, menos, alucinaciones. Es verdad que desde el Bosque, por si acaso, me he puesto los auriculares para oír a Manu Chao y me ha acompañado hasta la meta donde he entrado exultante y casi sin creerme el tiempo que he hecho: 33 h. 40’. 4 h. 20’ menos de lo que pensaba hacer si se me daba bien. Quedé en el puesto 135 de los 412 que tomamos la salida. Conseguimos acabarla en tiempo 195. Este tiempo me valió quedar tercero de mi categoría, veteranos c y subir al podio.

 

El trofeo que nos dieron es uno de los más bonitos que he recibido a lo largo de mi dilatada carrera.

 

 

Mucho he de agradecer la compañía de Bea y su desinteresada ayuda. Durante todo el recorrido que compartimos no fui capaz de ponerme delante y tirar un poco y no se quejó en ningún momento. Muchas gracias Bea.

De la carrera no me salen nada más que alabanzas a la organización y a los voluntarios Los paisajes vistos inmensos y los no vistos pero intuidos, también, inmensos. Los pueblos magníficos. Ha sido toda una sorpresa encontrarme tanta belleza. Aún sabiendo que es la zona más lluviosa de  España, no me esperaba estas vistas. Además, creo, hemos tenido una suerte inmensa porque no ha llovido. Miel sobre hojuelas.

Enhorabuena por tan fantástica carrera.

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