Momentos antes de darse la salida. Se masca la incertidumbre que empaña el ambiente. Todos estamos con grandes sonrisas y todos pensando en cómo nos irá.
El final de la aventura. Una sensación increible. Sobre todo porque ya se ha acabado el sufrimiento.
El largo abrazo con mi buen amigo Raimundo que me acompañó hasta Guadalest.Pinchar en la siguiente imagen y os llevará a la crónica de la carrera escrita por mí.
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