Aprovechando que hay fiesta en Barcelona, paso a por mi hija y nos vamos, como en los últimos años, a los Pirineos. Allí nos espera mi querido amigo Luis. Tenemos el plan de subir al Monte Perdido y a los Astazus, además de ver las cascadas del valle de Pineta. Veremos si se cumplen nuestros objetivos.
La primera parada es en Buerba (Casa Lisa) un lugar agradable donde nos trataron muy bien y que, para nuestra sorpresa, está regentada por un chico de nuestro pueblo Almussafes.
1r día: subida al Monte Perdido.
En Nerín cogemos el bus que nos sube a Cierracils y nos deja a hora y media del refugio de Goriz. El día pinta lluvioso pero vamos preparados.
La primera de las muchas impresiones del día es ver Ordesa desde las alturas. Por la niebla no vemos los tres grandes de la zona: Monte Perdido, Marboré y Soum de Ramond (Pico Añisclo).
Pasamos el refugio y seguimos ascendiendo con bonitas estampas del arco iris. Hace frio pero aguantamos bien con el pantalón corto.
El tiempo sigue desmejorando y el paso por las cadenas se complica un poco porque hay algo de hielo.
La subida por la Escupidera la hacemos sin problemas técnicos. Sólo nos impone el desnivel. Nieve no hay nada más que la que está cayendo.
Después de mucho esfuerzo conseguimos hollar la cima del tercer pico de los Pirineos. no podemos disfrutarlo por el viento helador y violento que azota nuestros cuerpos entumecidos. Las vistas tampoco nos acompañan por culpa de la niebla que va y viene y no nos permite una visión completa.
Por todo ello tomamos la sabia decisión de salir pitando de la majestuosa cima que nos recibe con su peor cara. En la bajada hay un momento en el que estamos los tres tirados en tierra para evitar que el viento se nos lleve.
A pesar de todo, como siempre, la bajada es más fácil, ligera y rápida. Paramos en el lago helado a reponer fuerzas y alimentarnos, pero no estamos mucho tiempo, el frio,aún, nos impone.
La Cascada del Cinca la vemos de lejos porque mañana, subiendo al balcón de Pineta, la tendremos más cerca y durante mucho tiempo.
La de La Larri, sí que vamos a verla en toda su plenitud y con mucho agua a causa de las últimas lluvias. Es salvaje y sobrecogedora. rodeada de frondosos hayedos. Una fiesta para la vista.
Bajamos por el sendero pegado a la cascada, muy trabajado, cuidad y con muchos escalones. se nota que es una cascada muy visitada. La tarde la dedicamos a la comida y a visitar Ainsa, que tampoco es un pueblo que defraude.
3r día: subida al balcón de Pineta y los Astazus.
Madrugamos para estar a las 8 dejando el coche en el aparcamiento de Pineta y empezando a andar que nos espera otra ruta intensa en sensaciones y esfuerzo.
Hasta la base de la cascada del Cinca es un agradable paseo que no requiere excesivo esfuerzo. Vemos alguna cascada muy bonita.
Sin embargo hemos de seguir subiendo hasta el collado de Astazu (2989 m.), dejando atrás el lago de Marboré a la derecha
y la cara norte del Perdido a la izquierda con su glaciar helado.
Llegar al collado nos proporciona unas vistas inmensas sobre: el circo de Gabarnie (aunque sin posibilidad de divisar la cascada), el refugio de Serradets, la brecha de Roland, el Taillón. Sólo subir hasta el collado y ver todo esto ya merece la pena.
y ya lo que se nos muestra ante nosotros es
inmejorable. Ayuda el día despejado y con una temperatura agradable. Se veía hasta el Midi con su parafernalia de antenas y el mirador.