domingo, 14 de diciembre de 2014

UTT. 77 km o lo que se pueda.

Los componentes de la sección de montaña del club Peña Himalaya teníamos marcado en el calendario el día 13 de diciembre para correr nuestro particular ultra trail en las montañas de nuestros entrenamientos más cotidianos: la sierra de Aledua y la sierra del Almaguer. Es una ultra planificada con mucho cariño y que pretendía pasar por el máximo número de sendas y pistas sin repetir tramos y evitando, en lo posible, el asfalto. Después de dos meses de ardua preparación conseguimos montar una ruta de 77 km con 7000 m. de desnivel acumulado. Mucho desnivel para montañas tan escasas de altura. La más alta, el Besori, pasa escasamente de los 350 m.
De todos los corredores del club, al final, sólo nos presentamos tres: Alfredo, Ximo y yo. Decidimos empezar la ruta a las 12 de la noche. Antes hemos de dejar dos coches en lugares cercanos a la ruta para que nos sirvan de zona de avituallamiento.
A las 00:12 del sábado 13 de diciembre iniciamos la andadura con una luna menguante, pero que da bastante luz como para poder apagar los frontales en pistas con buen firme.
El primer tramo es 1 km de subida que hacemos despacio para ir calentando. Cuando empieza la primera bajada viene el primer percance de la jornada: Alfredo se gira un poco su maltrecho tobillo y va a perder confianza en las bajadas lo que, a la larga, va a suponernos una disminución en  de ritmo que va a pesar mucho en la decisión final de la carrera. 
No obstante, seguimos adelante, que somos muy cabezones. Bajamos por el camino de Llombai y volvemos a subir para llegar al collado de Portixol y pegando vueltas volvemos a la senda del Estepar para bajarla y pisar el maldito asfalto durante 1 km. Suerte que es el único de todo el trail.
Subiendo y bajando pasamos por el Besori (el punto más alto del recorrido) y por las Antenas o Alt de València, donde podemos apreciar y disfrutar de una magnífica vista de Valencia y su alfoz a las 4 de la mañana.
 
De aquí pasamos al Almaguer donde nos espera el primer avituallamiento y un poco de calor a resguardo en el coche. Los avituallamientos están que ni hechos a encargo. Debe ser porque los hemos preparado nosotros. Comemos un buen bocata de tortilla, queso, chorizo, frutos secos, coca-cola y café. 
Volvemos a estar con los ánimos a tope de power y seguimos la marcha para hacer un integral del Almaguer que nos va a permitir a pasar por cuevas con pinturas rupestres (de ahí las rejas) no sin
 antes realizar algún que otro ejercicio de trepa para alcanzar tan ignotos lugares.
El frío no amaina y seguimos bien abrigados, cosa que sorprende a algún corredor mañanero que nos informa de su opinión respecto a lo abrigado que vamos. 
Pasamos por poblados íberos, árabes y por zonas con buena surgencia de fósiles que nos dan una idea de lo importante que fue esta zona en la antigüedad. 
Siguen cayendo los km, aunque bastante despacio. Empieza a preocuparnos la hora de acabar ya que las 15 horas en la que la teníamos planificada, yendo despacio, ya no va a cumplirse. 
Volvemos a pisar la sierra de Aledua en los toros de Machancoses y ya hemos corrido/andado un maratón, nos quedan 35 km que nos parecen los más fáciles sino fuera porque empezamos a estar cargados.
Dejamos atrás la trialera del gas encaminándonos al barranc de la guatleta donde nos espera el ansiado segundo avituallamiento preparado con manos primorosas por Mari a la cual quiero agradecer desde aquí, en mi nombre y en el de los otros dos, todo su esfuerzo. Como dicen en mi pueblo: que Dios te lo premie con salud.
Antes de llegar al lugar del avituallamiento, Alfredo nos deleita con sus enciclopédicos conocimientos sobre la planta de la foto de abajo, comúnmente conocida como te de roca (Jasonia glutinosa), muy interesante, según comenta Alfredo, para solucionar muchos tipos de dolencias intestinales.
Poco antes del refrigerio damos una vueltecita por el barranc de la guatleta, donde podemos divisar, al fondo y arriba, la entrada de una cueva que es reserva de murciélagos. Más datos para hacer enormemente atractiva esta ruta. 
Y por fin estamos en el km 50 y, sobre todo, en el avituallamiento de Mari, que nos tiene preparadas: pizzas, empanadas y coca, además de café y cervezas fresquitas a las que no podemos resistirnos. Algunos de los componentes del club, después de enviarles alguna foto de los avituallamientos, nos preguntaban por el Whatsapp si habíamos ido a correr un trail o de botellón.
Que pena nos da abandonar el coche, con la cantidad de comida que queda y con lo bien que se está al solecito y sin mochilas. Pero el deber obliga y nos ponemos en marcha, llenos y con pocas ganas. 
 En el km 55, al llegar al enclave de esta curiosa edificación de piedras, los tres corredores que se han atrevido con el UTT, realizamos un cónclave para hacer un repaso de las fuerzas que tenemos, de los km que nos quedan, de la hora que es y de alguna cuestión más referente a obligaciones familiares.
Tanta deliberación da como resultado la decisión (votada por mayoría de tres de tres) de recortar la carrera, tirar por la tangente, que en este caso es el barranco de la cañada (Real de Aragón) que desemboca en el barranc de Ferrando (era imperioso e imprescindible que pasáramos por este último barranco ya que Alfredo siente un cariño especial por él y no podíamos defraudarle).
Esta medida da como resultado una rebaja en los km del UTT, que se queda en 60 km, esperando días mejores para poder correrlo en su totalidad.
Datos del recorrido.
 Perfil del recorrido.
 Recorrido.

Quiero acabar la crónica felicitando a mis dos compañeros y amigos, partícipes de esta loca carrera, que, según comentábamos durante su ejecución, es fácil que la instauremos como estandarte de nuestro club y la hagamos cita ineludible y anual a realizar en el segundo fin de semana de diciembre. Ya veremos en que quedan todas estas elucubraciones.
Que la fuerza nos acompañe.