jueves, 3 de octubre de 2024

Ultra trail Guara Somontano. Septiembre 2024.

 Llega el fin de  mes y con el el último reto que tengo para este año: UTGS. Carrera de 102 k y 5000 m. de desnivel positivo. Voy con mucha precaución y un poco de desasosiego por el abandono que protagonicé el la Ultraariege de Julio. Un abandono que me arrojó a los brazos de la desesperación y al triste pensamiento de dejar apartadas este tipo de carreras. Pero cuando lo comenté en la familia, me apoyaron e insistieron en que probara con esta para ver como me iba y si petaba ya tomaría la decisión de no correr más carreras de ultra distancia.

Estaba apuntado al Ultra trail Sierra del Segura, de 170 km, pero la anularon por falta de inscritos. Mirando por el suelo patrio que carreras había que pudiera hacer, me encontré con la de Alquezar, ultra que ya había corrido en el 2012 pero sólo había llegado al km 75 a causa del calor y de malas pasadas con el estómago.

El caso es que se me presentaba la ocasión para matar , o intentarlo, dos pájaros de un tiro: poder acabar otra carrera de larga distancia y acabar la UTGS que había dejado inconclusa en 2012.

Alquilamos una tienda de campaña, con cama, en el camping de Alquezar y el viernes 27, a las 12 de la noche empieza mi doble reto, después de oír y ver en directo la interpretación, al violonchelo, de "El último Mohicano". 

La noche pinta fria y con mucho viento. Salgo abrigado, pero a los 2 km ya me sobra el impermeable y no lo volveré a poner hasta las 7 de la mañana. 

Salida emotiva con mucha gente animando y a dar una vuelta de 18 km (pasando por lugares que tienen que ser muy bonitos como el puente del diablo en Asque) para volver al pueblo, entrando por las pasarelas del Vero.

Si pensaba que los tiempos eran ajustados, observo  que voy a una media de seis km/h. lo cual quiere decir que me sobra tiempo por todos los lados ya que al final, para acabarla, es suficiente con hacer un ritmo de 4 km/h. 

Entre los km 30/40 dice la organización que: "Afrontamos uno de los tramos más bonitos de la prueba, ya que el camino va serpenteando dejando el río Isuala siempre a la izquierda y atravesando numerosos afluentes como el barranco Viña, el Cerigüelo, el de Pallás y el de las Capillas. Todos ellos conocidos en el mundo del descenso de barrancos". Lo creo porque lo dicen y algo intuí pero era noche obscura y no daba para más que intuirlo.

La carrera va saliendo mejor de lo previsto y llego a Rodellar, la mitad de la carrera y sigo a 6 km/h, después de haber corrido 50 km.

Ya es de día y puedo admirar,  hasta con estupefacción, la absoluta majestuosidad de los paisajes del barranco de Mascún, además de mojarme los pies y las zapatillas varias veces para cruzar el rio Mascún de un lado a otro. 

Salir del barranco supone una larga subida  que se pasa rápidamente contemplando el paisaje. Sorprende Mascún con sus mallos y fajas aéreas.
Pasan las horas, voy reduciendo el ritmo para cuidar gemelos y cuádriceps, y llego a Las Bellostas, lugar de ingrato recuerdo, allí fue donde abandoné en 2012. En esta edición no me pasará.Me quedan 28 km que se pueden resumir en una larga subida y una larga bajada. La subida tiene un desnivel acumulado bastante grande pero repartido entre muchos km. Casi ni me entero. En algunas zonas ya hay estampas otoñales.
 
Me pasan  un grupo de tres corredores y me invitan a unirme a ellos pero veo que van muy rápido y yo quiero acabarla y me sobra tiempo yendo a mi ritmo. Amablemente declino la invitación y sigo con mi ritmo marcado a fuego en mi mente.
Corono la última subida y ya me veo en Alquezar. Por delante, me separan de la meta, 8km de falsos llanos que hago corriendo a trote cochinero. Veo a un grupo perseguidor 1 km por detrás y me hago el propósito de que no me adelanten, pero se van acercando.  Cuando salgo del último avituallamiento, el grupo perseguidor entra. Poco a poco, ya en bajada, empiezo a aumentar el ritmo, guardo los bastones, que me van frenando e inicio un descenso bastante rápido. No hubiera imaginado que llegaba tan fresco a los últimos 10 km. que hago todos corriendo. Ya en las calles del pueblo veo un corredor por delante. Le digo que corra , que no quiero adelantarlo, pero no puede. Lo adelanto y entro en meta más feliz que si hubiera ganado. 
 

No en balde, he conseguido triturar mis dos objetivos para esta ultra: conseguir acabar una ultra más y conseguir acabar esta, que en 2012 había abandonado.


lunes, 23 de septiembre de 2024

Pirineos en septiembre, 2024.

Aprovechando que hay fiesta en Barcelona, paso a por  mi hija y nos vamos, como en los últimos años,  a los Pirineos. Allí nos espera mi querido amigo Luis. Tenemos el plan de subir al Monte Perdido y a los Astazus, además de ver las cascadas del valle de Pineta. Veremos si se cumplen nuestros objetivos.

La primera parada es en Buerba (Casa Lisa) un lugar agradable donde nos trataron muy bien y que, para nuestra sorpresa, está regentada por un chico de nuestro pueblo Almussafes.

1r día: subida al Monte Perdido.

En Nerín cogemos el bus que nos sube a Cierracils y nos deja a hora y media del refugio de Goriz. El día pinta lluvioso pero vamos preparados.

La primera de las muchas impresiones del día es ver Ordesa desde las alturas. Por la niebla no vemos los tres grandes de la zona: Monte Perdido, Marboré y Soum de Ramond (Pico Añisclo).

Pasamos el refugio y seguimos ascendiendo con bonitas estampas del arco iris. Hace frio pero aguantamos bien con el pantalón corto.

El tiempo sigue desmejorando y el paso por las cadenas se complica un poco porque hay algo de hielo.


Aguantamos poco porque aumenta el frio y la lluvia y nos ponemos casi todo lo que llevamos en la mochila. Paramos de hacer fotos porque no hay valor para sacar las manos de los guantes.
Cuando hay un poco más de claridad osamos hacer alguna foto más.
 
 

La subida por la Escupidera la hacemos sin problemas técnicos. Sólo nos impone el desnivel. Nieve no hay nada más que la que está cayendo.

Después de mucho esfuerzo conseguimos hollar la cima del tercer pico de los Pirineos. no podemos disfrutarlo por el viento helador y violento que azota nuestros cuerpos entumecidos. Las vistas tampoco nos acompañan por culpa de la niebla que va y viene y no nos permite una visión completa. 

Por todo ello tomamos la sabia decisión de salir pitando de la  majestuosa cima que nos recibe con su peor cara. En la bajada hay un momento en el que estamos los tres tirados en tierra para evitar que el viento se nos lleve.

A pesar de todo, como siempre, la bajada es más fácil, ligera y rápida. Paramos en el lago helado a reponer fuerzas y alimentarnos, pero no estamos mucho tiempo, el frio,aún, nos impone.

Llegamos al refugio de Góriz y nos tomamos una cervecita, haciendo tiempo para llegar al bus sobre las 20 horas, que es la hora oficial de bajada.  Al final nos salieron 23 km, 1900 m. de desnivel positivo en 10:30 horas.
Hasta Nerín vamos hablando con el conductor del Bus que nos informa, muy amena y documentadamente, sobre muchos y variados aspectos de la zona. 
Llegar a Casa Lisa es una gozada y más pensando en la buena cena que nos tienen preparada. Muy recomendable Casa Lisa.

2o día: visita a las cascadas del Cinca y La Larri.
Cambiamos de pueblo y nos vamos al Hostal los Valles en Bielsa. El trato no es el mismo que en Buerba pero no podemos quejarnos.
Este día lo dedicamos a hacer descanso activo. Estamos tan bien y los paisajes son tan atrayentes que hasta nos atrevemos a correr en algunos de los tramos de los preciosos bosques de hayas por los  que vamos a transitar hoy.

La Cascada del Cinca la vemos de lejos porque mañana, subiendo al balcón de Pineta, la tendremos más cerca y durante mucho tiempo.

La de La Larri, sí que vamos a verla en toda su plenitud y con mucho agua a causa de las últimas lluvias. Es salvaje y sobrecogedora. rodeada de frondosos hayedos. Una fiesta para la vista.


 

Bajamos por el sendero pegado a la cascada, muy trabajado, cuidad y con muchos escalones. se nota que es una cascada muy visitada. La tarde la dedicamos a la comida y a visitar Ainsa, que tampoco es un pueblo que defraude.

3r día: subida al balcón de Pineta y los Astazus.

Madrugamos para estar a las 8 dejando el coche en el aparcamiento de Pineta y empezando a andar que nos espera otra ruta intensa en sensaciones y esfuerzo.

Hasta la base de la cascada del Cinca es un agradable paseo que no requiere excesivo esfuerzo. Vemos alguna cascada  muy bonita.

La ascensión al balcón de Pineta como siempre, es una mezcla de sensaciones: miras hacia arriba y te marea ver lo que queda por subir y lo poco que avanzas, pero echas la vista hacia atrás y te explota en la cara la grandiosidad del valle de Pineta.
Desde el balcón las vistas mejoran exponencialmente.
 

Sin embargo hemos de seguir subiendo hasta el collado de Astazu (2989 m.), dejando atrás el lago de Marboré a la derecha 

y la cara norte del Perdido a la izquierda con su glaciar helado.

Llegar al collado nos proporciona unas vistas inmensas sobre: el circo de Gabarnie (aunque sin posibilidad de divisar la cascada), el refugio de Serradets, la brecha de Roland, el Taillón. Sólo subir hasta el collado y ver todo esto ya merece la pena.

Pero eso no es todo porque seguimos subiendo al Pequeño Astazu y las vistas mejoran considerablemente
 

y pasamos al Gran Astazu por una cresta un poquito técnica pero sin grandes complicaciones para unos montañeros tan avezados como nosotros. Tan buenos somos que nos permitimos ayudar a una pareja de Valladolid y Palencia. La chica se veía un poco insegura pero, la verdad, necesitaba poca ayuda. Era más un poco de confianza y ánimos. Y le dimos todos los que necesitaba.

y ya lo que se nos muestra ante nosotros es inmejorable. Ayuda el día despejado y con una temperatura agradable. Se veía hasta el Midi con su parafernalia de antenas y el mirador.

Paramos a comer e iniciamos la bajada por una senda no muy definida y perdedora. Nada nos impide llegar a la base de los Astazus, dejar atrás el lago de Marboré, volver a divisar todo Pineta y hacer una bajada alegre con un ritmo de carrera suave y llegar hasta el coche.
Lo demás son banalidades: ducha, cena y nos despedimos de Luis, posiblemente hasta el año que viene. Tenemos en mente subir al Poset y hacer los otros tresmiles que lo rodean. Pero eso es otra historia que contaremos en otro momento.

martes, 23 de julio de 2024

UltrAriège 2024. 100 k. 6500 D+

Esta carrera era el objetivo marcado para este año 2024. Llegué con una preparación excelente, testada en pruebas tan exigentes como la VTF o Amanece por Xiva. Maratón nocturno. Muy confiado llegaba.

 

La salida la dan el sábado a las 6 de la mañana desde el pueblo de  Mercus-Garrabet. Nos quedan por delante 100 k. y 6500 +. 31 horas de tiempo límite. Yo creo que la acabaré en 28 horas.

La mañana ya empieza con calor y bochorno. Sobran manguitos. Salida y a caminar porque el inicio es cara arriba.

He decidido no correr en ninguna subida, lo cumplo y en las bajadas me contengo para no machacar los cuádriceps. Van cayendo los km en medio de bosques de hayas. Me encuentro fenomenal y consiguiendo una media por km excepcional para mis 63 años. Llegamos a Cazenave, el primer avituallamiento. Las sensaciones siguen siendo buenas. El avituallamiento es perfectos y los voluntarios maravillosos. Debe ser por eso que los corredores no quieren salir. Adelanto allí, por lo menos, a 40 corredores. La salida del pueblo nos lleva a la primera subida importante de la carrera.

Un poco después de pasar el Refuge Pla de Tabe  se divisa el  Mont Fourcat (2001 m.) El segundo pico más alto de la carrera.

 

 No voy a decir que no me cuesta hollar la cima, pero llevo 20 k y voy cumpliendo con mis mejores expectativas. 

Ahora vienen 4 km de bajada hasta el segundo avituallamiento en La Peyregade y seguimos por bosques de hayas. Los senderos son perfectos para bajar a un buen ritmo sin forzar los cuádriceps. Muy contento estoy. Segundo avituallamiento perfecto. Veo que hay gente que se ha retirado. Hace mucho calor. Salgo del pueblo con decisión para enfrentarme a la segunda subida poderosa de la carrera.

Serán unos 7 k. y 700 + Tramo duro, pero en principio asequible. Empiezo la subida con buenas sensaciones, pero al km veo que comienzan a pasarme corredores con una facilidad increíble. Parece que la cosa no va nada bien. Paso por la  Maison forestiere de l'Orri. Hay senderistas que me animan pero sufro lo indecible para llegar al collado, a pesar de ir acompañado de paisajes exuberantes.

 

Me quedan unos 3 k de bajada para llegar al 3r avituallamiento. Intento iniciar una carrera suave en descenso pero las piernas no me responden. Me he quedado sin fuerzas y con algún amago de vomitar. Madre mía, que desastre.

Cuando salí del anterior avituallamiento, según mis cálculos, pensaba que llegaría a este con 1 h 30' de adelanto respecto a la hora de corte. Falso, acabo llegando casi al toque de la campana. Sólo 5' me sobraron para el corte.

Así que, con todo el dolor de mi alma corredora, decido retirarme vencido por el calor asfixiante. Ya no me quedan fuerzas para afrontar la siguiente subida que me llevaría al techo de la carrera: el Pic de Sant Barthelemy, con 2348 m. de altitud. 

Me queda el consuelo de admirar el paisaje del Étang de Moulzone mientras espero la navette que me depositará en Ax-Les-Thermes.

Conclusión de la carrera: no siempre las cosas salen cómo planificas y si hace mucho calor, es fácil que no llegue al rendimiento para el que he entrenado.

Después me entero que habían neutralizado, por el calor, 4.5 km y 500 d+ / entre Caussou y Prade. Con eso y todo, creo que la carrera la acabaron 186 corredores y se retiraron 137. Númeroos que viienen a ndicar lo ccuesta arriba que el calor puso a los corredores en la carrera.

Ya sólo me quedaba esperar a la próxima que eran las 100 millas del Ultra trail de la Sierra del Segura pero la anularon a última hora por falta de inscritos. 

Mal año me ha salido para las ultras.
 
No desisto y me apunto a los 100 k de Guara Somontano. Carrera a la que ya fui hace años y, también, me retiré a causa del calor. A ver si este año hay más suerte. Por perseverar que no quede.

Así y todo vengo muy contento de Ax-Les-Thermes porque mi hija Marina corrió su primera carrera de montaña. El día y la temperatura la acompañaron: nublado y fresquito.
 

La carrera eran 15 k, con 7 de subida desde Ax a la estación de esquí de Ax 3 Domaines, con 700 +. Allí subimos a darle ánimos y casi no la vemos pasar porque se dió mucha prisa en llegar. Pero fue la corredora a la que más se animó.

La bajada eran otros 7k y 700 -. Tuvimos que bajar rápido con el coche porque pensábamos que si bajaba como había subido, no nos daría tiempo a verla llegar.

Nos vino justo aparcar el coche, llegar a la zona de meta y verla entrar, felíz, felíz, con casi 40' de adelanto sobre el tiempo quer habíamos previsto.

  

Impresionantes los datos para ser su primera carrera.